Guía de Formación
Contribuir al fortalecimiento de las organizaciones de recicladores de base en su proceso de formalización por medio de material didáctico que acompañe y complemente la formación de estas organizaciones y sus asociados como prestadores del servicio público de aseo en la actividad de aprovechamiento y entregar herramientas para mejorar su relacionamiento con diferentes actores del sector público y privado.
Presentación
El contexto del oficio del reciclaje en Colombia muestra una actividad realizada de manera informal por muchos años, lleno de luchas y conquistas sociales y económicas por parte de los recicladores, con una base social organizada, pero aún con múltiples retos en todos los frentes, especialmente de cambios individuales y colectivos que les permitan una adaptación a la normatividad, una formalización progresiva y lograr una articulación adecuada de los desafíos sociales, organizacionales, económicos y en la prestación del servicio de aprovechamiento.
Es por esto que la formación es una necesidad permanente en las organizaciones de recicladores, la cual debería orientarse hacia acciones ambientales, políticas, sociales, éticas, económicas y jurídicas (ENDA Y UNAL, 2014) y que permita avanzar hacia la sostenibilidad ambiental concreta para hoy y el futuro, recuperando los bienes comunes naturales y culturales, de la apropiación indebida y su uso inadecuado; y que metodológicamente sea capaz de combinar adecuadamente elementos teóricos y metodológicos de experiencias como las de la escuela de gestión ambiental comunitaria, que piensan la escuela como una excusa para encuentros múltiples y la reflexión y acción desde distintos sectores del ambientalismo popular, quienes comparten experiencias, luchas, sueños, movilizaciones, triunfos y, por qué no, también derrotas en los procesos de reivindicación de los derechos, que sirven para persistir e insistir en su protección y garantía; hasta las propuestas de formación en emprendimiento, gerencia y administración que permiten incorporar nuevas herramientas para competir en un mercado como es el de los servicios públicos.
Contexto
Según el estudio realizado por CEMPRE y GIZ (2020) sobre formación de población recicladora en Colombia los datos sobre la cantidad promedio de generación/día están alrededor de 31.500 toneladas de residuos, que representan 11,4 millones de toneladas anuales de las cuales solo el 12% es aprovechado (SUPERSERVICIOS, 2019); los residuos no aprovechados son dispuestos en los 303 sitios de disposición final inscritos en el Registro Único de Prestadores de Servicios Públicos. Actualmente, el 31% de los sitios regionales de disposición final se encuentran o con vida útil vencida o menor a 3 años (SUPERSERVICIOS y DNP, 2020), lo que evidencia que el problema está lejos de ser solucionado.
La informalidad es un fenómeno que afecta especialmente a grupos marginados
de la población civil, en el caso del reciclaje es un oficio en el que las personas en condición de desplazamiento y desempleo han podido encontrar un ingreso diario, en cualquier contenedor de “basura”, vivienda o entidad; un oficio que no requiere en principio un saber técnico especializado y que se aprende en la calle bajo elementos intuitivos y transmisión de los mismos recicladores para recolectar-clasificar-vender.
Las tendencias de cuidado ambiental ponen en urgencia la necesidad de reciclar, reusar y reutilizar el material aprovechable. La perspectiva de crecimiento del sector desde la economía circular plantea el reto de hacer evolucionar una industria naciente. El uso de material reciclado para la fabricación de productos y la participación del sector de recicladores de oficio como proveedores de dicho material representa un reto, especialmente en el aumento del material como también en el procesamiento primario de los materiales para cumplir con requerimientos de la industria. Así mismo, las organizaciones de reciclaje pueden crecer accediendo a procesos de transformación, lo que debería significar pasar de la recolección y comercialización hacia la transformación como negocio complementario.
Los datos de la encuesta realizada por CEMPRE y GIZ (2020) plantean que un mayor porcentaje de la población recicladora pertenece al género femenino (62,98%). Al segmentar los resultados por grupo etario, el 11,93% de los encuestados están entre 18 y 26 años, el 74,56% entre 27 y 59 años y el 13,51% tienen más de 60 años. En la cantidad de años ejerciendo la labor el 57,54% de la población encuestada trabaja hace más de 10 años en el reciclaje.
El crecimiento de la industria de material reciclado tanto en su oferta como demanda podría traducirse en mejoramiento del bienestar de la población en términos ambientales, sociales y económicos, pero esto requiere la permanente participación del estado en la generación de políticas estables y transparentes que promuevan la productividad y equidad en el sector. En este panorama la formación es una necesidad para las organizaciones de recicladores, en tanto demanda una cualificación para hacer uso de saberes especializados y responder al mercado para competir en la actual economía global, en el marco de la normatividad vigente y la que se encuentra en proceso de revisión como lo es el Decreto 596 de 2016. La mayoría de municipios aún no implementa el pago de la tarifa respectiva por la prestación del servicio de aprovechamiento a los recicladores ni el Incentivo al Aprovechamiento y Tratamiento de Residuos Sólidos IAT.
Enfoques
Partiendo de una reflexión sobre la eficiencia de los procesos formativos con la población recicladora y basados en la contextualización de sus características sociodemográficas e históricas se resaltan los siguientes enfoques identificados a partir del estudio de CEMPRE y GIZ (2020) sobre formación de la población recicladora, planteando la importancia de considerar: