Investigadores de UNIMINUTO y la Universidad del Rosario realizaron una encuesta que buscó determinar cuáles son las barreras que impiden la formalización para la explotación minera de oro y carbón en el país. Los resultados sugieren que a los mineros les interesa formalizarse porque es rentable, pero las dificultades en los trámites con el Estado y el desconocimiento del proceso les impide dar el paso.
En distintas actividades económicas la informalidad se relaciona con el incumplimiento al pago de la pensión o del servicio de salud, también a la evasión de impuestos, pero en el caso de la minería, la informalidad también implica otros factores como mayores riesgos para los trabajadores, conflictos sociales e incluso problemas ambientales.
Hacer minería de forma responsable, amigable con el ambiente y segura para el minero es uno de los objetivos que persigue ese sector. De ahí el interés de investigadores de UNIMINUTO y la Universidad del Rosario, que se propusieron identificar cuáles son las barreras que impiden la formalización de las minas de oro y carbón en Colombia. Para esto realizaron un estudio que revela que el 80% de los mineros encuestados consideran rentable formalizarse, pero solamente el 24% cuenta con el título minero. En los resultados “Se esperaban barreras económicas, que los mineros dijeran que no tienen el dinero para formalizarse, pero se encontró que en general sí pueden, e incluso a ellos les interesa y tienen la intención de hacerlo”, comenta el investigador Santiago Saavedra.
La encuesta se realizó a 1.071 mineros durante febrero de 2020 en los departamentos de Antioquia, Boyacá y Chocó, y al final se tuvo en cuenta la información de 199 Unidades de Producción Minera (UPM) que trabajan con oro y carbón. De estas UPM el 24% son formales, el 30% están en proceso de formalizarse y el 46% son informales.
¿Cuáles son los costos para formalizar una mina?
Según la información obtenida de parte de los mineros ya formalizados, el costo promedio para formalizarse es de 195 millones de pesos colombianos, estos incluyen el plan de trabajo y obras (PTO), el estudio de impacto ambiental (EIA), las adecuaciones que se deben realizar a la mina y el costo para hacer el mapa de la misma.
Con las encuestas se identificó que los mineros informales subestiman estos costos, no tienen claridad del proceso y la inversión que implica. Además, ese costo solo explica el 60% de los 195 millones que los mineros indican haber gastado, es decir que hay un 40% de ese valor que implica otros gastos.
En el estudio también se analizaron los costos de producción, las ganancias de la mina y se calculó cuánto tiempo les tomaría recuperar la inversión si se llegaran a formalizar, para conocer si el proceso les resulta rentable o no. Aquí se encontró que las minas formales venden su producción a un precio más alto, en el caso de las minas de oro es 18% más alto y en el caso de minas de carbón es 47% más alto.
Además, las minas de carbón recuperarían la inversión en aproximadamente tres años, aunque la mayoría podría recuperarse en menos de dos años. Por su parte, las minas de oro recuperarían la inversión en aproximadamente 2 años. Estos tiempos sugieren un buen periodo para pagar la deuda y así, la mina al ser formal podría contar con ingresos más altos.
¿Cuáles son las barreras?
Según los resultados sobre los costos de formalización y las ganancias de las minas formales e informales, a los mineros les resulta rentable realizar el proceso. También al analizar la información de las preguntas abiertas realizadas a los mineros, se observó que el 80% de los supervisores de las minas saben que les resulta rentable formalizarse, además, el 90% de los mineros considera que sería mejor si todo el sector se formalizara.
Pero así mismo, el 63% de los mineros manifestó haber tenido problemas con el gobierno, con nueva documentación requerida, con solicitudes de pago inesperadas, con cambios de reglas, entre otros. Y las palabras más mencionadas en relación a las barreras para formalizarse están ligadas a la dificultad burocrática como: gobierno, documentación, trámites y licencia ambiental.
Otra barrera que se identificó fue el desconocimiento, pues muchos de los mineros no conocen los valores precisos y las obligaciones que se adquieren al formalizarse. Por ejemplo, aunque más del 65% de los mineros de carbón reconoce el pago de regalías como obligatorio, menos del 35% de los mineros de oro lo reconocen.
¿Cómo promover la formalidad en este sector?
Los investigadores consideran que esto refleja la importancia de crear políticas adecuadas para aumentar la formalización de pequeños mineros. Por un lado, políticas centradas en simplificar los trámites y que haya un acercamiento a los mineros por parte del gobierno, pues como explica Saavedra, por ejemplo “las minas de carbón están en Boyacá, que mal que bien están más cerca de Bogotá o de Tunja, entonces hay más presencia del Estado, mientras que las minas de oro en Chocó o en la parte del bajo Cauca, están retiradas de las ciudades o con carreteras de difícil acceso, entonces es más difícil que el Estado esté presente”.
Por otro lado, generar políticas relacionadas a los créditos que facilitarían el proceso para los mineros, ya que es rentable formalizarse y la inversión se recupera en el mediano plazo. “Un programa de crédito permitiría amortiguar el gasto, y facilitar los trámites y que sean menos costosos promovería la formalidad”, por ejemplo “que no les pidan un estudio de impacto ambiental que, para un minero artesanal, no es tan sencillo de hacer en comparación a una gran minera. Podrían pedir cosas claves y más sencillas, como que no se use mercurio”, añade Saavedra.
La información presentada aquí se encuentra en el documento de trabajo ‘Caracterización de minas formales e informales en Colombia’, escrito por Felipe Coy, Juan Pacheco, Mauricio Peralta, Santiago Saavedra y Yesid Llanes.
Este estudio hace parte del proyecto ‘Informalidad económica rural: desarrollo para la inclusión productiva y social en el campo’, que se centra en la comprensión de la informalidad económica en el contexto rural colombiano. Este hace parte del macroproyecto ‘Inclusión productiva y social: programas y políticas para la promoción de una economía formal – Alianza EFI’, financiado por el programa gubernamental ‘Colombia Científica’.
Sobre Alianza EFI
Este artículo hace parte del equipo de comunicación y divulgación científica del proyecto ‘Inclusión productiva y social: programas y políticas para la promoción de una economía formal – Alianza EFI’, el cual busca diagnosticar, examinar e intervenir factores y barreras que afectan la inclusión social y productiva de los agentes económicos.
Las instituciones y organizaciones que hacen parte de la Alianza EFI son: Universidad del Rosario, Universidad de Antioquia, Universidad del Valle, Universidad del Quindío, Universidad Autónoma Latinoamericana, Corporación Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO, Universidad de Ibagué, University of Oxford, Universitá Degli Studi Di Milano-Bicocca, Paris School of Economics, University of Pennsylvania, University of Illinois at Chicago, Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Asocajas, Asobancaria, Camacol, Fundación Avina, Fundación Capital y la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca ASOM.
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