En Colombia, en el año 2018, el 77,1 % de la población se localizaba en cabeceras
municipales. Bogotá continúa siendo la ciudad de mayor jerarquía, tanto por su población
como por la contribución al PIB nacional, que en 2018 fue de 25,6 %. Como bien lo señala el
Sistema de Ciudades (Barco, 2014) y Hábitat III (ONU Hábitat. 2016), las aglomeraciones
urbanas son determinantes para el desarrollo económico y social. La administración de las
ciudades deberá proyectar sistemas fiscales capaces de proveer todas las inversiones
necesarias tanto en el corto como en el largo plazo, que aseguren una mejor calidad de vida
de sus ciudadanos. Para ello, la generación de recursos propios, mayor autonomía en la
generación de impuestos y la asignación de sus gastos son elementos fundamentales para
mejorar la provisión de servicios públicos, y el fortalecimiento de la capacidad de
recuperación del valor del suelo generado por las inversiones públicas en los territorios.
Además de los efectos esperados sobre la calidad de vida urbana de los individuos, la
existencia de finanzas locales más flexibles contribuye a la generación de mayores ingresos
para los territorios.

Autores:

  • Carlos Eduardo Sepúlveda
  • Diana Barrios
  • Diana Londoño
  • Jorge Gonzalez
  • Juan Miguel Gallego

Palabras clave:

  • Aglomeraciones urbanas
  • Sistemas fiscales
  • Territorio

Categorías:

  • Proyecto 4
  • Documentos de trabajo